¿Has creado algo único, y quieres evitar que otros saquen provecho de él? Entonces, quizás una patente puede ayudarte.
Simplificándolo mucho, una patente es un derecho exclusivo otorgado a un inventor por un periodo determinado, que evita que otros copien, vendan o utilicen su invención sin permiso.
Para patentar una idea, debes realizar una investigación previa de patentes existentes, documentar detalladamente tu invención, presentar una solicitud oficial ante una entidad de patentes, esperar la aprobación tras un examen y, finalmente, mantener y defender tu patente.
Ahora, te explico un poco más cada paso.
1. Investigación Previa
Antes de liarte en el proceso de patentado, es importante que hagas una búsqueda de patentes.
Hoy en día ya hay muchas patentes registradas, y debes asegurarte que tu idea sea realmente única, o si ya ha sido patentadas.
Puedes buscar en bases de datos oficiales, como la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) o la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI).
Si te saltas este paso, puedes tener problemas más adelante.
2. Documenta cada detalle de tu idea
Cada detalle cuenta, y más en el mundo empresarial. Cuando se trata de patentar una idea, esto tiene más peso aún.
Es superimportante documentar cada detalle de tu idea o invento, incluyendo dibujos, descripciones, prototipos, y cualquier otro dato que pruebe su originalidad y funcionalidad.
3. Preparación y presentación de la solicitud
Dirígete a la OEPM (o la oficina de patentes correspondiente en tu país) y descarga el formulario de solicitud de patente. Al rellenarlo, asegúrate de ser claro y detallado.
La solicitud generalmente incluye:
- Un resumen de la invención.
- Reivindicaciones (que marcan los límites de la protección que se busca).
- Dibujos o ilustraciones (si es necesario).
Una vez preparada la solicitud, se presenta ante la oficina de patentes. Y otra cosa importante, hay que pagar una tarifa para hacer la presentación, que varía según el país y la naturaleza de la patente.
En muchos casos, contar con un abogado especializado en patentes puede ser de ayuda.
4. Examen y aprobación
Después de presentar tu solicitud, la oficina de patentes realizará un examen de fondo para decidir si tu invención es original, poco obvia y de utilidad.
Este proceso puede tardar desde meses hasta años, dependiendo de la complejidad de la invención y la carga de trabajo de la oficina de patentes.
Si tu solicitud no es aprobada, puedes optar por realizar cambios y presentar una nueva solicitud, o buscar asesoramiento sobre cómo mejorarla para aumentar las posibilidades de aprobación.
Ten paciencia y no te desanimes.
Mientras esperas, sigue innovando y trabajando en otro proyecto. El tiempo es oro.
5. Mantenimiento y defensa
Tras obtener la patente, esta suele durar 20 años desde la fecha de presentación. Luego de este período, la patente cae al dominio público y cualquiera puede usar la invención sin tener que obtener permiso o pagar regalías.
En algunos casos, ciertas patentes, como las de medicamentos, pueden conseguir extensiones bajo circunstancias especiales. Sin embargo, generalmente, no es posible «renovar» una patente después de su vencimiento.
También es importante estar al tanto de las tarifas de mantenimiento, y estar preparado para defender tu patente ante posibles infracciones.
Ya has visto que conseguir una patente es un proceso donde el detalle y la paciencia son claves. Pero es importante para proteger tus inventos y asegurar que eres único en el mercado. Aunque antes de ponerte a patentar nada, prefiero asegurarme que la idea tiene sentido, y que hay clientes dispuestos a pagar por ella.
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